En el mundo del ahorro, existen dos opciones que pueden ayudarte a cumplir tus proyectos vitales y metas futuras: ahorrar o invertir. Ahora bien, ¿cómo escoges un sistema u otro? Conocer las características y ventajas de cada uno es básico para optar por el instrumento que más te convenga de acuerdo con tus intereses, edad, necesidades económicas, perfil de riesgo, características de tu familia, etc.
En primer lugar, para decidirnos por una opción u otra es fundamental conocer la diferencia entre ambos conceptos. En cuanto al ahorro, se trata de ir economizando y guardando dinero, poco a poco. Se puede reservar una cantidad de dinero para un gasto específico como por ejemplo: pagar los estudios, un viaje, hacer una reforma…, o bien, se puede ahorrar sin un uso específico. Es decir, simplemente porque en un futuro ese dinero pueda servir para hacer frente a cualquier emergencia o imprevisto.
En cambio, la inversión consiste en hacer crecer tu dinero. Se trata de destinar una parte de tus ingresos o ahorros a la compra de productos que se prevé que aumenten de valor. Como es el caso de invertir en acciones, propiedades o un fondo de inversión.
Ahorrar: para objetivos a corto plazo. Invertir: para los de medio o largo plazo
Conociendo las diferencias básicas entre estos dos términos, podrás analizar mejor cual de los dos te conviene más. Así pues, si después de estudiar tu situación financiera y tus objetivos, te das cuenta que necesitas dinero en un corto plazo, lo más idóneo es ahorrar.
Para poder conseguirlo, lo más recomendable es elaborar un plan, en el cual anotes los ingresos y gastos mensuales. De esta manera, te darás cuenta de en qué partida se pueden reducir gastos y reservar el dinero que sobra a final de mes.
Sin duda, la mayor parte de nuestros ingresos -alrededor del 50%-, suele destinarse a cubrir las necesidades básicas como: vivienda, alimentación, luz, electricidad, agua, etc.
Por otra parte, en segundo lugar, deberíamos determinar más o menos lo que nos queremos gastar en ocio o caprichos como por ejemplo: viajar a menudo, comprar productos caros como ropa de marca o electrónica… Lo más aconsejable es que este tipo de gastos no superen el 30% de nuestros ingresos. De esta manera, más o menos el 20% restante conformaría nuestra base del ahorro.
Pero, si lo que queremos es conseguir determinados objetivos a medio o largo plazo, invertir es la opción más pertinente. Si ya tienes ahorros y no necesitas el dinero inmediatamente, puedes buscar donde invertir para hacer crecer estos ingresos.
En este sentido cabe decir que, para incrementar el patrimonio, el mundo de las inversiones tiene opciones para todo tipo de perfiles. Desde las personas que buscan un bajo riesgo, con un mínimo rendimiento, hasta las que deciden arriesgar más, para incrementar su capital de una forma más considerable.
En cuanto a los productos, hay que señalar que los más típicos son: inmuebles, acciones o instrumentos financieros. Cada uno tiene su nivel de riesgo y porcentaje de rendimiento. Ahora bien, debes tener en cuenta que hay dos factores que influirán en el crecimiento del capital: la cantidad de dinero que aportes cada mes y la duración del plan ya que, cuanto más tiempo se dilate el ahorro o la inversión, mayor puede ser el rendimiento.
En definitiva, elegir una opción u otra depende mucho de la situación personal de cada uno y de las metas marcadas. Independientemente de seleccionar un camino u otro, lo más importante es que seas consciente de la importancia del ahorro, ya desde muy joven, para garantizar tu bienestar y calidad de vida en un futuro, una vez ya estés jubilado.
Si tienes cualquier duda, en CSA podemos informarte sobre nuestros productos de ahorro y previsión, para que elijas el que más te conviene. Contáctanos; ¡estaremos encantados de informarte!